A diferencia de la publicidad, la propaganda no se hace con el propósito de vender ningún producto o servicio; sino que lo que busca es influir en las actitudes de las personas. Cambiar la manera de pensar, las opiniones y hasta las creencias de las mismas.
Para la propaganda también se recurre a la tecnología y diversos elementos multimedia; además, en este caso también se hace uso de la hipérbole para transmitir determinadas ideas al público. Pero en este caso, no se trata de vender nada.
La propaganda influye hasta en los sistemas educativos y tiene la característica de que su efecto suele ser más duradero y radical que el de la publicidad.
Dos de las formas más reconocibles de propaganda son la política y la religiosa. La propaganda política se hace especialmente evidente en la temporada de elecciones, cuando los candidatos opositores empiezan a “sacar los trapitos al sol” de sus contrincantes, para dañar la reputación del otro y aumentar su popularidad.
En la política, la propaganda es uno de los arsenales más poderosos utilizado para influir en la opinión pública.
Por otra parte, la propaganda religiosa se presenta de muchas formas; pero esencialmente en todos los casos juega con las emociones de los individuos, animándolos a comportarse de determinada manera.
Otras formas de propaganda a las que estamos acostumbrados son las que tienen que ver con opciones de la sexualidad, el racismo, las drogas, el cuidado de la salud y el estilo de vida. Algunas propagandas pueden ser positivas cuando por ejemplo, se busca fomentar un estilo de vida más saludable.
Generalmente, las propagandas no son realizadas por empresas, sino por grupos de todos los niveles: organizaciones religiosas, partidos políticos, grupos étnicos…
En conclusión, puede ser que difieran en cuanto a sus propósitos; pero es muy fina la línea que separa a la publicidad de la propaganda, tanto así que en muchos casos; ambas pueden ir de la mano.
Al momento de hacer publicidad, las empresas podrías utilizar determinada ideología para atraer a más compradores hacia sus productos. Por medio de esta ideología pueden crear una especie de razón, motivación o necesidad en las mentes de los consumidores.
Del mismo modo, muchas propagandas se combinan con mensajes basados en la publicidad; con el fin de obtener más éxito en su propósito. Ambas son diferentes, pero se entrelazan en muchas ocasiones.
En ambos casos se busca llegar a las emociones, las creencias, los deseos y las necesidades de la audiencia con el fin de lograr sus propósitos.
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